En mi
representación sobre la educación del movimiento y yo, he querido plasmar el
cambio de óptica necesario en la concepción del movimiento, el cual debe ser
llevado a cabo por los estudiantes de esta carrera.
En el
dibujo he tratado de enfrentar dos formas de concebir el cuerpo y su educación.
La primera concepción sigue una línea más tradicional y cerrada. En ella, el
maestro o educador es el que manda los ejercicios que considera adecuados, y
los educados se limitan a ejecutarlos con la mayor eficacia posible. En mi
opinión, aunque este método puede servir para lograr el objetivo de educar el
cuerpo, no es ni mucho menos el método más adecuado para ello.
En la
segunda concepción, es donde me he representado yo, como futuro educador del
movimiento que espero ser. En esta segunda forma de concebir el cuerpo y el
movimiento, no se busca el entrenamiento del cuerpo como unidad indisoluble,
sino que se trata de formar al ser humano en conjunto. Para ello, el educado
debe aprender a conocer su cuerpo, y debe aprender a cuidarlo y a trabajar con
él. En esta concepción no se trata de formar a los alumnos para que ejecuten
órdenes, sino que se busca formar lo que yo denomino el alumno pensante, el
cual es capaz de tomar decisiones, y es capaz de hacer trabajar el cuerpo y la
mente de forma conjunta para sacar el máximo provecho.
Para
ello, no solo yo, sino también mis compañeros hemos de tratar de cambiar la
forma en la que se trabaja el cuerpo en muchas ocasiones en la actualidad. Como
podemos ver, el profesor o educador, en la segunda concepción lleva un libro en
las manos, lo cual representa los conocimientos necesarios que debemos adquirir
los futuros especialistas en educación del cuerpo y el movimiento. Estos
conocimientos son los que nos van a llevar a poder formar alumnos que sean
capaces de experimentar con su cuerpo, y así poder adquirir un conocimiento
duradero. No solo se debe educar el cuerpo, sino que el alumno debe aprender a
pensar por si mismo, debe aprender a vivir el movimiento y a aprender de él.
Concluyendo
esta reflexión, considero que esta asignatura que trata sobre la educación del
movimiento, debe acercarnos a convertirnos en el segundo tipo de educador. Para
ello, debemos expandir nuestros horizontes en cuanto a la forma que tenemos de
concebir el deporte, el cuerpo, el movimiento, o la educación. Por último, me
gustaría compartir dos frases, las cuales siguen la línea de la segunda
concepción de la educación del movimiento representada en el dibujo.
Excelente
maestro es aquel que, enseñando poco, hace nacer en el alumno un deseo grande
de aprender. Arturo Graf
Dímelo y
lo olvido, enséñamelo y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Benjamin
Franklin
Y tú, en tu dibujo, te ves como ese segundo tipo de maestro?
ResponderEliminarPor supuesto, tanto yo como mis compañeros, debemos aspirar a convertirnos en esa segunda clase de maestro, el cual educa a alumnos pensantes, capaces de tomar sus propias decisiones, y capaces de comprender mejor su cuerpo y como utilizarlo.
ResponderEliminar¿Crees que un maestro sería bueno que utilizará las dos modalidades de enseñanza que nos muestras gráficamente? ¿Sería peor maestro uno que utiliza los dos métodos que uno que utiliza el que nombras como "educación del alumno pensante"?
ResponderEliminarPienso que un buen maestro debe hacerse respetar sin necesidad de emplear un método directivo y poco liberal. En mi opinión si se pueden combinar los dos métodos, ya que en ocasiones un maestro debe dar instrucciones precisas acerca de lo que deben hacer los alumnos. Sin embargo, debe primar siempre el método de aprendizaje mas guiado, enseñando al alumno a pensar, conocer su cuerpo, y trabajar conjuntamente con el cuerpo y la mente.
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