domingo, 2 de diciembre de 2012

Mal de Escuela

He de confesar que yo nunca he sido un zoquete. Siempre fui un buen alumno, con alguna excepción o altibajo producidos por la revolución hormonal de la adolescencia.

Es por eso que extraigo unas enseñanzas tan valiosas del libro. Al no haber sido nunca un zoquete, no me imaginaba que dichos malos estudiantes pudieran tener esas sensaciones de estar perdidos, abandonados, y abocados al fracaso. Siempre había creído que los malos estudiantes simplemente lo eran porque no ponían empeño, no tenían ganas de aprender, o simplemente preferían hacer otras cosas a estudiar. Nunca sin embargo, me había parado a analizar las variables, o las condiciones que pueden llevar a un estudiante a la situación de zoquete, así como tampoco la sensación de impotencia e inutilidad que puede dejar en el mal estudiante esta situación.

No voy a hacer una apología en favor de los zoquetes, ni voy a eximirlos de toda la culpa para echársela a la sociedad. Si voy a defender sin embargo, y es algo que he aprendido del libro de Pennac, la necesidad de comprensión  apoyo, y acercamiento que tienen los zoquetes. Necesidad que debe ser cubierta por los profesores, padres y educadores, los cuales deben poner todo su ahínco en sacar a los malos alumnos de su situación. Como muy bien defiende el autor, la mejor forma para hacerlo es mediante el amor y el cariño, acercarse a la situación particular de cada uno, cogerles la mano, y acompañarlos en su reanimación y re conducción  al igual que en la metáfora de las palomas.

Me han gustado especialmente dos capítulos de este libro. Por una parte, me ha hecho reflexionar mucho el fragmento que trata sobre Maximilien. Creo que es algo muy presente en nuestros días  el zoquete abusón con complejo de inferioridad que intenta camuflar sus carencias de cariño con muestras de intimidación. Creo que Danniel obra mal, y pierde una oportunidad para tratar de reanimar a Maximilien, y mostrarle que hay caminos mejores.
Por otra parte, me ha encantado el capítulo final, en el cual se hace la comparación entre las palomas y los zoquetes. Es un fragmento que emociona al lector, y la metáfora entre reanimar a las palomas y mostrarle el camino a los zoquetes mediante el amor me ha parecido suprema.

En definitiva, recomiendo encarecidamente esta lectura, ya que nos muestra el mundo del fracaso escolar desde una perspectiva interna, la perspectiva del zoquete; lo cual invita al lector a reflexionar sobre la forma correcta de encarar el tema.

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